Club de vela VIRGEN DEL MAR- Baleares 2005.

Diario del Bolero

 

Esta especie de diario está recopilada de lo que fui poniendo en varias entregas en el foro poco después de volver de la primera travesial del club en el 2.005 a las Baleares.


Hola soy Ramón y participé en la travesía del Mediterráneo 2.005, ante la petición os voy a contar un poco como lo viví yo, hablo un poco de memoria pero los datos no son importantes sino como lo vivimos.

Después de varias reuniones y con el asesoramiento de Roberto se decidió alquilar dos barcos, estos fueron el Down Wind que patroneo Benjamín y el Bolero que se podría decir que patroneé yo; los dos barcos eran o son preciosos y al menos el Bolero resulto muy marinero (el Down Wind supongo que también).

1º y 2º Día.- Después de presentarnos en el puerto de Vilanova y comprar víveres y algo de beber (dicen las malas lenguas que esto último acabo todo en el Down Wind) partimos hacia el norte de Mallorca, el Mediterráneo se portó y nada más salir nos obsequió con la vista de un par de ballenas y algún otro pez que nos desvió de la ruta para verlo de cerca, pasamos la tarde organizándonos y llegó la noche, con poco viento y un luna preciosa que os hizo disfrutar la guardias al timón ya que nuestro timón automático no funcionaba precisamente bien. Cuando amaneció ya se veía la costa y doblamos el cabo Formentor con bastante viento, luego nos dirigimos a cala Formentor donde comimos fondeados con los barcos abarloados y nos bañamos; al caer la tarde nos dirigimos al puerto de Pollensa donde algunos cambiaron la austera vida marinera por la vida del turista, buena cena que comimos, buen vino que catamos, buenas mozas que vimos de lejos, lo típico.

To be continued.. .




Mediterráneo 2.005 (2º parte) por Ramón.

El amanecer del 3º día no encontró el puerto de Pollensa, para algunos de los tripulantes esta fue una noche más dura que la que habíamos pasado en el mar. Con mucha calma ya que para este día el viaje era corto salimos a la mar y remontamos barlovento durante unas dos o tres horas para salir de la bahía, de paso también buscábamos una cala donde darnos un baño, doblamos el cabo Pinar con viento y durante unos 20 minutos no llamo la atención que la olas habían crecido bastante, por cierto, dado el carácter campestre de la singladura hinchamos la zodiac y la llevábamos a remolque, en esto momentos y siguiendo una costumbre perdimos todo contacto con el Down Wind , como nos sobraba mucho tiempo fondeamos en cala Aucanada donde esperamos al Down Wind mientras realizábamos necesarias practicas de zodiac con motor sin marcha atrás, debo decir que las zodiac que llevábamos resultaban muy útiles y divertidas en las calas, al caer la tarde nos fuimos al puerto de Alcudia, donde la marinería se enfrento de nuevo a una dura noche.

To be continued....




3º parte.

Este día y después de una muy dura noche donde algunos practicaron el salto de valla para volver al puerto y decidieron dormir en cubierta e intentar cerrar el barco con el portillo al revés, eso si, sin meter ruido , Dios sabrá los motivos, dejábamos Mallorcar. Sin prisa como casi siempre remontamos la bahía de Alcudia ciñendo entre el cabo Farrutx y el cabo Pinar y por fin la mar libre donde solo teniamos que dejarnos llevar por el viento, cuando ya estábamos a unas tres millas de Mallorca vemos que el Down Wind da la vuelta, ¿habrían olvidado algo? Al final del día nos contaron que casi tienen un encuentro con un pesquero que les echo las redes en su proa, entre este incidente y que debido a la eslora a vela éramos más rápidos pusimos el barco al pairo con el genova a la contra y comimos como quien estaba de camping, después de comer, hacer la limpieza y algo de siesta pusimos de nuevo proa a Ciudadela en Menorca, pero antes tendríamos que librar decenas de trasmallos, la foto que hay en la entrada de la página se sacó este día (Me refería a la foto en la que se ve a Juan Carlos tomando alturas con el sextante, ahora en las fotos del viaje 2,005); con poco viento y el sol tras el horizonte llegamos al puerto; entramos con mucho cuidado por el canal y atracamos en el club de vela, justo al lado de un letrero que decía “ no atraque aquí” como no encontrábamos a nadie del puerto y asesorados por un camarero del club atracamos en la estación del ferry y después de hablar con el capitán del puerto un poco más hacía la salida y ésta era la última vez que movíamos el barco por ese día.
Sin ducharnos y a toda prisa buscamos un sitio donde cenar algo y algunos, todos menos un servidor, probaron la riquísima paella de arroz quemado, típica de la zona y a 6.000 pts de las antiguas por barba, hubo quien maravillado por tal manjar pregunto: Oiga ¿es normal que aquí sirvan el arroz quemado? e insistió, el camarero aún tiene dudas sobre si era un insinuación. Luego otra dura noche llena de jazz y esas cosas que pasan por la noche en los puertos, pero eso os lo tendrá que contar otro porque yo soy muy formal.

To be continued.




Esta cuarta parte tiene algo más de historia marinera.
Amanecemos en el puerto de Ciudadela y con la mañana libre, todos a la parte vieja de la ciudad, seguro la más bonita de este viaje y a las 12 embarcamos y salimos, como nos sobraba tiempo en principio, buscamos una cala remontando costa hacia el norte y después de varios intentos encontramos una que nos gusta a todos, allí nos bañamos completamos las practicas de fuera borda cutre salchichera sin marcha atrás y los hubo que rememorando las pateras se solidarizaron con los inmigrantes, luego a comer, y con poco viento rumbo de nuevo a la península, más practicas de sextante y a navegar esperando la noche, todo estaba saliendo bien hasta que se cayo el viento y tuvimos que poner el motor, no volveríamos a poner velas en esta singladura, la noche fue preciosa, lástima de viento y unas horas después de amanecer nos metimos en la niebla que no nos dejaría ni ya dentro del puerto.
En medio de la niebla y comunicándonos por radio ambos barcos practicamos la cinemática para tratar de coincidir, en el primer intento nos cruzamos sin vernos y en el segundo lo planchamos, desde entonces juntos como hermanitos en medio de la niebla. Nosotros en el bolero tuvimos que trasvasar carburante de un bidón. Luego en las proximidades del puerto de Barcelona con mucho cuidado y rodeados de mercantes que no se veían pero si oían y con ambas tripulaciones en cubierta con chaleco y sin amarrar pasamos momentos tensos, Juan Carlos al timón del Bolero y yo de vigía tuvimos la ocasión de ver un pesquero , los pescadores, los relojes de los pescadores, etc, bueno un poco menos que en realidad había 50 metros.
Luego gracias a las practicas de sextante y echándole una hojeada al GPS nos metimos en el puerto Olímpico donde aunque no teníamos sitio decidimos descansar en la gasolinera; como no se quitaba la niebla y no se nos veía muchas ansias de salir de nuevo nos dejaron un par de sitios que ese día estaban vacíos y allí pasaron la noche los barcos, que nosotros la pasamos por Barcelona la nuit donde hicimos lo de costumbre y con el mismo éxito.

To be continued (solo queda una parte)


5º parte.
El viernes amanecimos en el puerto Olímpico de Barcelona, tras otra dura noche; el viaje para este último día era de lo más sencillo, cada mochuelo a su olivo y cada barco a su puerto, teníamos medio apalabrado navegar juntos pero apenas salimos del puerto y siguiendo viejas costumbres nosotros seguimos la costa hacía el sur, rumbo directo a Vilanova y ellos , ellos no sabemos aún que pretendían, el caso es que el Bolero tuvo una mañana con buen viento costeando y una tarde preciosa con algo más de viento, solo al caer la tarde noche nos quedamos sin viento. Dejamos parte de la tripulación tirada en un puerto por el camino, para que pudieran llegar a tiempo al avión y luego arrastrándonos con muy poco viento vimos el Down Wind que venía a motor intentado llegar a su puerto en Sitges a tiempo para la entrega, nosotros que teníamos que recoger su tripulación habíamos quedado en entregar el sábado por la mañana.
Después de bastantes problemas para entregar y un cambio de planes la tripulación del Down Wind se quedo en Sitger y el Bolero con tres tripulantes salto hasta Vilanova ya de noche, tuvimos algún problema para encontrar el atraque pero pronto el barco estaba listo para la revista que le harían a las 06:00, que con resultado positivo fue el final de este viaje. Solo no quedaba recoger en taxi a la tripulación del otro barco y un avión hasta Asturias.

Puesto esto fue todo, no puedo relatar los buenos momentos que pase viendo la luna durante las guardias de noche, sin duda mis mejores momentos en los barcos, cuando todos duermen y estas a solas con el mar, aunque esta vez nunca hicimos guardias solos, la complicidad con tu compañero nos permite aislarnos un poco; ni tampoco puedo transmitiros la angustia que pasamos entre la niebla y los mercantes en la arribada a Barcelona. Pero hay un hecho muy claro, embarcaría ahora mismo, creo que embarcaríamos todos, para el mismo viaje, sin pensarlo y ya queda menos para el del año que viene, sea a donde sea.

Saludos y gracias por leer esto.